sábado, diciembre 24, 2005

RÉQUIEM POR UNA CIUDAD

Esta ciudad posee un pequeño, pero significativo centro histórico. Pocas ciudades en México tienen en su primer cuadro una serie de edificios con las características estéticas e históricas que estos poseen (o poseían). Primero fruto de la última gran utopía socialista en América y después la implantación de un sistema capitalista, el centro de Los Mochis es único y está siendo destruido día a día.

Gran sorpresa nos llevamos al arribar a esta ciudad en las vísperas de navidad, y ver que nuestra sociedad nos regaló un significativo presente.

Como parte de la tradicional postura-destructiva mochitense, hoy dos nuevas edificaciones de la Colonia Americana desaparecieron, ante la indiferencia de sus vecinos. Al parecer a nadie parece importarle, ni a la sociedad civil, ni a la iglesia, iniciativa privada, asociaciones, instituciones educativas, ni al ciudadano común.

Todos siguen transitando por el boulevard Rosendo G. Castro como todos los días lo han hecho, sin voltear siquiera a regalarle una vista a su cada vez más deteriorado contexto histórico.

Parecen vanas todas las celebraciones de un centenario que insistimos en negar día con día. Mochis quiere construir su nueva historia, destruyendo la otra. Lejos han quedado los sentimientos anti-yanquis a ultranza que llevaron a los Sainz a dinamitar la casa Grande de Johnston, el “invasor”, pero parece que los viejos tiempos de odio al extraño han regresado, disfrazados de agencias de carros.

Mochis ha sido despojada de su identidad, asúmanlo, Mochis es ahora “una ciudad más” del norte de México. Cuestión que se repite en todo el norte de nuestro estado, donde en lugares tan valiosos como el mismo Topolobampo, la Villa de Ahome, Charay, los edificios patrimoniales son una especie en extinción.

De todos es conocimiento que los inmuebles hoy demolidos no pudieron estar protegidos por el INAH por no cumplir “la edad requerida”, ni tampoco por el INBA, por no representar una obra de creación artísitica. Sabemos y asumimos que en Los Mochis no poseemos obras de arte. Pero es a través de este pequeño contexto que entendemos nuestro pasado. No pasará mucho tiempo antes de que veamos derrumbados los únicos testigos de esa historia que jubilosos celebramos durante todo el año del 2003, celebraciones que hoy se oyen vacías, vanas e inútiles.

Es bastante lógico y racional que las prioridades municipales siempre se dirijan hacia la creación de empleos, el combate a la pobreza y la dotación de servicios. Pero sin duda siempre habrá que complementar todas nuestras actividades humanas con la nutrición de nuestra cultura, la cual empieza por el conocimiento y valoración de la historia de nuestra propia región.

Si se tratara de buscar culpables, no nos tendríamos que ir muy lejos, tan sólo bastaría revisar nuestras conciencias para siquiera imaginarnos si alguna vez nos importó la Colonia Americana, La Casa de Don Zacarías Ochoa, o el puerto de Topolobampo. Si lo único que nos importa es la apertura de un nuevo centro comercial para saciar nuestra sed consumista, a partir de ahora levantamos el acta de defunción de esta ciudad, ya no somos ciudadanos, somos máquinas.

FUENTE: LOSMOCHISDESTRUIDO

No hay comentarios.: