FUENTE: EL DEBATE
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Nadie es lo suficientemente estúpido en esta región como para atreverse a negar los positivos impactos de la inversión en el ramo comercial. En ninguna ciudad por más histórica y protegida que esté por la UNESCO se les cierra las puertas a negocios y franquicias transnacionales para establecerse ahí. Sólo existe una inteligente y única condición: EL RESPETO DEL CONTEXTO HISTÓRICO.
De esta forma es común que veamos negocios tan "alarmantes" para muchos como lo son McDonald's y Burguer King en los centros históricos de ciudades como Praga, Paris, Florencia sin ningún problema. A ellos se les obligó a adaptarse a las condiciones de los lugares ya construidos.
Por supuesto no sucede lo mismo en la tierra de la ignorancia (limitada en el municipio de Ahome, porque en el no lejano vecino de El Fuerte pareciera que operan como en el primer caso expuesto). Aquí en esta ciudad cualquiera puede llegar y establecerse pero demoliendo.
Existen dos casos muy curiosos en esta ciudad de empresarios y sus empresas:
1. Caso No. 1 Juan Manuel Ley, nacido y avecindado toda la vida en Culiacán, y sin vínculos directos o aparentes con Los Mochis o la Colonia Americana, adquiere al principio de la década de los ochenta, varias hectáreas de terreno de la recién desincorporada Colonia Americana. Estos terrenos situados al norte del Jardín Botánico entre el Blvd. Rosales y Av. Obregón, tan sólo contenían en su interior restos del canal 5, y una casa que perteneció a Harold F. Jones, una de las cinco casas de dos plantas de esta colonia y con características muy especiales. Alrededor de esta remanente construcción se construyó el hoy conocido Centro Comercial Plaza Fiesta Las Palmas, el cual adoptó el estilo de esta casa y de las construcciones aledañas. Curiosamente se respetó TODO: la casa, las palmeras, el estilo arquitectónico, el nombre del lugar.
La casa permaneció en el centro del estacionamiento sin ninguna intervención, por razones desconocidas. Así permaneció en el abandono cerca de 20 años, hasta que un inversionista quiso entrar a la Plaza con una boutique de ropa vaquera. Dicho inversionista pidió a la renta la antigua Casa Jones, pero se encontró con una condicionante para montar su tienda: que tenía que restaurar la casa y dejarla en perfecto estado, arreglando los elementos de madera, puertas, ventanas y el tejado. Se contrató a un conocido arquitecto local, quien conocimiento de la arquitectura norteamericana devolvió al inmueble su antigua gloria. Para la restauración curiosamente se tuvieron que solicitar una autorización ante el ayuntamiento (antes si se pedía permiso). Hoy, la casa sobrevive en PERFECTO estado, y funciona de manera exitosa como tienda de ropa, y con poca inversión en su restauración.
2. Caso No. 2 Roberto Balderrama, nacido en San Blas Sin, y avecindado desde hace años en Los Mochis, él y su familia son queridos y reconocidos por su larga trayectoria en el ramo hotelero y restaurantero, y por sus labores altruistas y por la presidencia en la Comisión de Historia y Cultura de Los Mochis, COMHISCU.
A finales del 2005 adquiere al fideicomiso creado por la Compañía Azucarera una serie de casas ubicadas en la acera norte del Blvd. Rosendo G. Castro. Conociendo la creciente vocación comercial de la zona, decidió incursionar de lleno en este ramo construyendo un centro comercial, cuyo apelativo haría referencia a su ubicación, nombrándolo PLAZA AMERICANA. No pasó mucho tiempo, y quizás eso faltó, para que procediera a la construcción de dicha plaza comercial, no sin antes demoler las casas que había en esos terrenos.
Sin problema alguno, con todas las facilidades otorgadas por el ayuntamiento se dió paso a la demolición de tres casas habitación con porche, y de estilo único cada una, así mismo se barrió con todos los centenarios jardines que a ellas las rodeaban, acabando con palmeras, arbustos, ceibas y demás.
La nueva y flamante edificación tendría un estilo contemporáneo, resuelto en tablaroca y estructura de acero, y sin clara referencia y diálogo con el entorno inmediato. En la principal esquina, donde se ubicaba una singular casa con el porche más grande de la Colonia Americana, se dispuso el establecimiento de una franquicia de Burguer King, quien importó su estilo genérico con anuncios luminosos y lo impuso en esta antigua esquina.
Estos dos casos, son dos ejemplos contradictorios, uno del "supuesto amor" a la historia local, y el otro movido por el simple sentido común. Uno mochitense por adopción y el otro culichi y sin arraigo en la ciudad. Nadie es profeta en su tierra, y parece que ni eso fue.
FUENTE: +LOS MOCHIS DESTRUIDO
