martes, enero 09, 2007

LA ANUNCIADA VENTA, Y LA VISTA GORDA.



Desde otra perspectiva: Después de ahogado el niño… ¿Simulación?
Por: Arturo Villaseñor Atwood


En Los Mochis, durante meses, estuvo visible un letrero anunciando la venta de los lotes de la compañía azucarera. A pesar de las advertencias, ningún funcionario municipal las quiso ver. Y ahora ante la demolición de la historia, solicitan la ayuda de la ciudadanía a la que ignoraron.

En el acta no. 19 del 3 de junio de 2005, en la sesión Ordinaria del Cabildo de Ahome, se dio a conocer el dictamen de la Comisión de Urbanismo, Ecología y Obras Públicas relativo “al cambio de uso de suelo de los predios ubicados entre Bulevar Rosendo G. Castro, y Callejón Varsovia, desde la Avenida Gabriel Leyva hasta los límites de la Casa del Centenario para que en lo futuro la vocación del suelo sea considerada de uso comercial”.

El dictamen de los regidores fue que la solicitud “se considera procedente y por lo tanto se autoriza sea cambiado el uso del suelo de los predios precitados en para que en lo futuro la vocación del suelo sea considerada comercial”. Y se añadía que se debía emitir el decreto correspondiente del Plan Sectorial de Zonificación para que sean modificados los instrumentos de planeación respectivos. A la fecha, 19 meses después, no se ha enviado para su publicación el proyecto del tal decreto.

Esta es una situación irregular de origen. Los regidores no están facultados para hacer modificaciones parciales a un decreto vigente, podrían cambiar parte o todo el decreto pero sólo tendrá validez hasta que aparezca en el Periódico oficial El Estado de Sinaloa, y entonces pueden dictaminar sobre los nuevos usos del suelo de acuerdo a lo publicado, pero el Cabildo no puede hacer ningún acuerdo en las rodillas, mientras no sea decretado dicho cambio en un nuevo reglamento. Toda esta “falta de ignorancia” dijera Cantinflas, han provocado los actuales problemas y Polo, en su miopía sobre desarrollo urbano, sigue sin ver la necesidad del IMPLAN y argumenta falta de recursos para sostenerlo, dejando que la ciudad siga perdiendo parte de su identidad.

La destrucción de las casas de ladrillo de la Compañía Azucarera de Los Mochis dejó al descubierto la doble cara de la administración pública. Mientras por un lado sacan desplegados criticando la destrucción, por otro han sido pasivos hasta para escriturar la Casa del Centenario. Aquí ha habido falta de responsabilidad de la autoridad municipal, de los empresarios y de los colegios de profesionistas. ¿Por qué?.Si el municipio da permisos para la demolición y construcción de otras obras, los empresarios se han de decir ¿por qué para aquellas sí y éstas no?.

Si el presidente de un Colegio de Arquitectos, previo contrato con el interesado propone un plan parcial para truncar la prolongación sur de la Calle Gabriel Leyva, pero con juego infantil de palabras dice que la calle “no se corta, sólo se desvía”; si el ex presidente del otro Colegio de Arquitectos, asalariado ahora de la empresa destructora, da la orden de la demolición de las casas de ladrillo; si se solapa el entubamiento de un canal que debería preservarse, argumentando que CNA lo autorizó, pero sólo el aspecto técnico, no la licencia de construcción, competencia única de la autoridad municipal, ¿es o no una simulación de la defensa de nuestro patrimonio histórico lo que se hace?. Y para terminar. En todas partes es la población civil la que se manifiesta en las calles como medio de protesta contra actos de la autoridad establecida.

El municipio de Ahome es el único lugar donde el poder público le pide a la población que se lance a las calles como medio de presión para que la autoridad pueda ejercer su función y un enajenado embozado como “historiador” solicita el apoyo de la autoridad municipal para ilegalmente paralizar los trabajos de la empresa destructora. La realidad es que la desidia de Monseñor Polo, que ahora se mesa los cabellos, rasga las vestiduras y se da golpes de pecho en sus homilías dominicales, engendraron estas calamidades. Di lo que sientes, haz lo que piensas.

FUENTE: SEMANARIO LA GACETA

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