lunes, abril 02, 2007

LAS PESADILLAS DE LOS CULPABLES

Ahomelandia
Pacto con el diablo.
Óscar Ricardo Flores

Una oscura y terrorífica noche el gobernante de Ahomelandia se encontraba en un solitario cementerio, -No sé que es lo que hago aquí, ni como llegue hasta este lugar, estoy seguro de que estoy en medio de un sueño cruel. El hombre gritaba desesperadamente -¡Oh! Dios mío, dame fuerzas para salir de este lugar... de despertar de este sueño.En ese instante, la puerta del campo santo se abrió, la densa niebla no permitía la visibilidad, únicamente se distinguía una silueta que se acerca caminando, casi sin tocar el suelo como si estuviera flotando.

Al tiempo que el gobernante emitió un grito de terror, -¡Aaaaah! ¡Por favor, no me haga daño! ¿Qué quiere de mí? Ahí estaba el señor de las tinieblas, sonriendo, de su boca salió una cavernosa voz que le dijo. -Vengo por ti, ya es hora de cumplir nuestro pacto. -¿A Do, do, donde? -A nuestro destino, a nuestro destino... -Disculpa pero, aun no se de que me hablas, ¿a que te refieres? -¿Cómo?... ¿No lo sabes?... ¿No sabes que hacemos aquí?... ¿y adónde vamos?... Mírate estás solo, a pesar de que te di dinero y poder; pero hoy vengo por ti para llevarte al lugar que te ganaste por haber vendido a tu pueblo, a quienes confiaron en ti y nos respondiste a su confianza.-Durante tu estancia en la tierra otorgaste permisos para todo, para la instalación de funerarias, destrucción de casas, la edificación de antenas de telefonía celular y nadie te pudo hacer nada, gracias a mi poder, a nuestro pacto.

Satanás le cuestionó -¿Recuerdas que me pediste que hiciera temblar la tierra para acabar con los restos de las casas de la Colonia Americana, pero, que ese temblor fue tan fuerte que acabó con Ahomelandia? El gobernante recordó todo lo que había hecho y quiso correr, pero fue sujetado del hombro por el señor de las tinieblas.-Mis pies sin ordenárselos se detienen, estoy paralizado por el horror, muevo mi cabeza lentamente y miro lo que sujeta mi hombro y... ¡Oh, Dios! Es una mano descarnada que supura sustancias inmundas... En cuestión de segundos el gobernante comenzó a tener recuerdos, en ellos veía a niños, jóvenes, adultos, ancianos... Todos viviendo en un pueblo destruido por manos perversas, una población sin historia.

Tanto el señor de las tinieblas como el gobernante avanzaron juntos, hasta que traspasaron una potente luz, siguieron por ese camino hasta que el gobernante se percató que nuevamente se encontraba sólo. Continuará.

Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

FUENTE: NOROESTE

2 comentarios:

Anónimo dijo...

exactamente!
al final nisiquiera un puño de tierra se llevara.

Anónimo dijo...

este amigo es un bruto , tien razon en que se cuide la historia, pero de eso a no dejar pasar la modernidad, hay cabron... esta bien bruto.