lunes, junio 02, 2008

PORQUE NO TODO PUEDE ESTAR BIEN

Portalito
Centro de Innovación y los rescatadores
José Refugio Haro


El bullicio atraía las miradas de peatones y automovilistas buscando captar las dimensiones del suceso, muy probablemente candidato a la sección de nota roja, aunque ya más cerca se descartaban hipótesis de truculencias y los ropajes anunciaban más bien fiesta.

Las indumentarias de los acumulados inspiraban más tranquilidad y hacían resaltar fastuosidades antes que motivos de aflicción. En pleno final del mes de mayo, que no es ya tan benévolo como era antes en estas tierras de clima cálido y tórrido, cuando no había calentamientos globales u ovoideos, sorprendían trajes y corbatas. Sin duda era una gran fiesta.
Luego los carros lujosos, de esos característicos de los políticos y gobernantes de alto vuelo, llegaron y se pararon donde nosotros definitivamente no podemos sin recibir el consabido castigo vial , en medio de la calle.

Fue tarde, la del jueves, de lucimiento de galas, de aprontamientos y avistamientos; de besamanos político y de reafirmación de la hegemonía social que mandó, manda y seguirá mandando aquí en este Mochis de oportunidades y promisión.

Ya dentro del Centro de Innovación y Educación, antes Centro Social Leonístico, entre los empujones y apretujones tuvo lugar por fin el acto motivo de visita de gobernador, alcalde, legisladores y uno que otro devaluado regidor (no omitamos a los políticos quemados o huérfanos de oportunidades que no han dejado de soñar).

Ahí se develó el monumento en ausencia de la pro-mujer (si hay pro-hombres debe haber pro-mujeres ¿no?) que dijeron que hizo posible la proeza de rescatar el viejo edificio que fue sede de tanta diversión vieja y seguramente escenario de declaraciones de amores y desamores de muchas fábricas de nuevos mochitenses que ahora andan por ahí de juniors o juniors de juniors. ¡Cuánta y qué larga lista de virtudes en aquella ceremonia de canonización!
Todo se lo debo a mi manager, gritaba vehemente Irma Peñuelas, a la caza de viejos sitiales perdidos.

Lo mismo hizo el ex atleta, pero rico antes y también ahora, Carlos Balderrama Verdugo, encargado oficial de derramar las lágrimas que la festejada no pudo por encontrarse indispuesta (¿los enfermos no pueden llorar? emitió la proclama triunfal: ¡Lo hemos rescatado! Refiriéndose por supuesto al viejo Leonístico que, como tantos tesoros autóctonos, había caído en manos extranjeras (de raigambre española), igual que los códices aztecas y el penacho de Moctezuma.
Y mientras tal decía, Polo Infante, que no fue más que un alcalde de Ahome que se atrevió a proclamarse autor de tal proeza, se revolvía en su salsa allá en Mazatlán donde anda picando piedra para un aspirante a la gubernatura, pensando tal vez ¡Qué ingrata es la vida! o "nadie sabe para quién trabaja". Los ricos se volvieron a adueñar de obras espirituales y materiales y, peor, ¡de méritos políticos! Con riesgo -¡insólito! de, siempre no, pasar a la joven historia de esta ciudad a la que tanto recurre pero que pisoteó mientras tuvo poder.

De cualquier forma todos aplaudirán, porque es en la actualidad una práctica nacional justificar que lo que queda libre vaya a las manos de la elite dueña.

Por eso sostuvo con fuerza Carlitos Balderrama (después de pensar, quizá, ya te tenemos en las manos, Centro de Innovación) que ahora se requiere el financiamiento de todos, lo cual se interpreta ¿se confirma? Como que todos los eventos que ahí se desarrollen serán tan exquisitos que se tendrá que pagar por entrar a disfrutarlos.

Y claro, sólo pagarán y entrarán los que tengan con qué cubrir las cuotas de admisión, lo que garantiza que el fabuloso Centro de Innovación será un elefante de lujo (y blanco), impoluto a las manos y ropas sucias de quienes deben permanecer en talleres y surcos agrícolas.

FUENTE: NOROESTE

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