jueves, julio 05, 2007

LA GRAN ESTAFA

Verdades y mentiras en la lucha por la conservación de la Colonia Americana

El 20 de diciembre de 2006, el Cabildo Ahomense emite el Decreto Municipal número 40 que es publicado en el Diario Oficial del Estado de Sinaloa el 5 de enero de 2007. En este decreto se establece el polígono a conservar de la Colonia Americana, que abarca desde el restaurante Chics, Colegio del Valle, Museo Regional, el antiguo Hospital General del Ingenio Azucarero y todo el predio en donde se asientan las casas hoy semidestruidas.

Pero sucede, al parecer y supuestamente, que “alguien les da el pitazo” a los propietarios del ingenio de que esa área de la Colonia Americana deberá ser conservada, y mientras no se publicaba en el Diario del Estado, no tenía ninguna vigencia todavía ese decreto, por ello es que proceden el día 30 de diciembre en la madrugada, a demoler las casas.

Sin embargo, un mes después, el regidor Yamill Hallal, manifestando que se les había ocultado a los regidores por parte del secretario de Obras Públicas, da a conocer públicamente que ya existía con anterioridad, desde el año 2000, emitido bajo la administración de Esteban Valenzuela como presidente municipal y Juan Millán como gobernador, el ya famoso Plan Sectorial de Zonificación de la Ciudad de los Mochis, y vigente desde entonces, en el que se protege toda el área de la Colonia Americana como patrimonio Histórico Contextual. En ese decreto, (anterior al decreto número 40 publicado este año), se indican áreas que contienen espacios y edificaciones con valor histórico arquitectónico, entre los que se encuentra el predio ubicado en el cruce de los bulevares Antonio Rosales y Rosendo G. Castro; casas antiguas de la colonia americana. Esta zona se clasifica como patrimonio histórico cultural.

Este Decreto determina pues el área de conservación de la ciudad y cuyo objetivo entre otros, es la protección de los sitios patrimoniales, históricos y naturales de la localidad, Este documento, que en su Artículo 3º. Fracción 1, señala que uno de los objetivos de su creación es “imprimir a la propiedad privada la modalidad que dicte el interés público con la finalidad de lograr el desarrollo urbano adecuado de la localidad”. El mismo artículo, en su fracción 3 dice: Proteger los sitios patrimoniales, históricos y naturales de la localidad. Deben entonces quienes mandaron demoler, restaurar lo que dañaron.

¿Porqué dice este decreto que uno de sus objetivos es “imprimir a la propiedad privada la modalidad que dicte el interés público”? Porque se fundamenta en el artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que a la letra dice: “la propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los limites del territorio nacional, corresponde originalmente a la Nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público en consecuencia, se dictarán las medidas necesarias para ordenar los asentamientos humanos y establecer adecuadas provisiones, usos, reservas y destinos de tierras, aguas y bosques a efecto de ejecutar obras públicas y de planear y regular la fundación, conservación, mejoramiento y crecimiento de los centros de población

¿Y qué es el interés público? Simple y sencillamente es la voluntad de la ciudadanía. En este caso, la gran mayoría de los ahomenses se ha manifestado a favor de que se conserve el predio denominado Colonia Americana.

Existe el Acta de Cabildo número 19 emitida el 3 de junio de 2005, en donde se acepta el cambio de uso de suelo para permitir la instalación del negocio denominado Toyota y destruir las casas que ahí existían. En el dictamen se asienta que se condicionará el permitir esa demolición, a cambio de que el Ingenio Azucarero done a la ciudad las escrituras de la Casa del Centenario, un terreno más de esparcimiento y la Varsovia. Lo que ya hemos mencionado como “la negociación del dos por uno”; es decir, una sola negociación por dos destrucciones. Por ello las primeras casas junto a la cerca por el bulevar Rosendo G. Castro no sufrieron daño alguno, situación que indica la intencionalidad programada con antelación.

En esa misma acta, en su artículo Séptimo, menciona que “no existe documento alguno que señale iniciativa de estudio y evaluación por motivos de conservación dentro de los Parámetros de la Ley Federal sobre Zonas y Monumentos Arqueológicas e Históricos”, soslayando sospechosamente que esa Ley también menciona a los monumentos Artísticos; sí hace mención al Art. 33 de esa Ley, pero no a su contenido, que dice: Son monumentos artísticos los bienes muebles e inmuebles que revistan valor estético relevante.

Y para determinar el valor estético relevante de algún bien se atenderá a cualquiera característica como: representatividad, inserción en determinada corriente estilística, grado de innovación, materiales y técnicas utilizados y otras análogas. (Ya hemos mencionado hasta la saciedad que por sus materiales y estilo arquitectónico de esas casas son únicas en su tipo en el mundo, según investigaciones del arquitecto Jesús Najar).

Tratándose de bienes inmuebles, continúa este artículo 33, podrá considerarse también su significación en el contexto urbano. ¿Y cuál es la significación en el contexto urbano? Pues simple y sencillamente que para la ciudadanía ese predio es la madre que parió a la ciudad. Es el origen del desarrollo de la ciudad.

Además, en este momento, para evitar estas demoliciones, sí existe un documento que, a diferencia de las demoliciones del 2005, “señala iniciativa de estudio y evaluación por motivos de conservación dentro de los Parámetros de la Ley Federal sobre Zonas y Monumentos Arqueológicas, Históricos y Artísticos, este documento es: El oficio número 0037, del Cabildo Ahomense del 15 de enero de 2007, firmado por todos los regidores y el Presidente Municipal, en donde se solicita al Instituto Nacional de Bellas Artes su apoyo para declarar como patrimonio artístico el área dañada de la Colonia Americana.

Existe la respuesta a esa solicitud, del Lic. Xavier Guzmán Urbiola, Director de Literatura y Conservación del INBA, mediante oficio 171-C/070, en la que contesta al cabildo ahomense y al presidente municipal y les dice que “comparte el interés por la protección de la colonia americana y está en la mejor disposición de realizar las acciones conducentes dentro de la competencia normativa, como instancia federal, en materia de conservación del patrimonio artístico cultural, en este caso, de la ciudad de Los Mochis. Por lo que solicita a un representante técnico, de parte del ayuntamiento, para complementar la documentación gráfica y necesaria”. Así es que no venga el presidente de la Comisión de Historia y Cultura Ernesto Gatica a decir que “si no hay alguna implicación del Gobierno Federal o del Estado no puede hacer nada el ayuntamiento. Porque también existe la Ley de Desarrollo Urbano del Estado de Sinaloa que establece como utilidad pública: La protección y conservación del patrimonio cultural de los centros de población.

Respecto a este oficio del INBA, dirigido al presidente municipal, el licenciado Xavier Urbiola ya no obtuvo respuesta por parte del ayuntamiento, ni del presidente de Ahome, ni del secretario de Obras Públicas. Es decir, se truncó a propósito ese proceso de conservación como Patrimonio Artístico, del predio dañado de la Colonia Americana, ¿el motivo?: el presidente municipal y el secretario de Obras Públicas deben responder porqué no continuaron con ese procedimiento.

Ahora ambos, Ernesto Gatica, presidente de la Comihiscu y Filiberto Ayala Bobadilla, aparecen juntos en la prensa, “por si acaso”, en un evento en el que una ejemplar emprendedora de esta ciudad anuncia un proyecto empresarial a realizarse en una de las casas de la colonia americana, junto al ex hospital del ingenio azucarero, conservando su fachada original.

Por otro lado, existen registros de declaraciones de Alicia María Sánchez, a nombre de Canaco; presidente del organismo; de Universidades como la UAS; de dirigentes de Colegios de Arquitectos, del licenciado Guillermo Velásquez, presidente del organismo Visión 2020, quien se ha pronunciado por la necesidad de contar con el dictamen de un estudio de impacto vial en esa zona en caso de permitir la instalación de un centro comercial, estudio al que han rehuido las autoridades quizá por el cuello de botella que ahí se soportaría en detrimento de la circulación vial y peatonal. Es decir, el caos total.

También hubo pronunciamientos de apoyo a la conservación total de parte de Canacintra. De igual forma el párroco de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús nos ha externado su apoyo moral en esta lucha y nos da facilidades para que los feligreses sigan firmando su apoyo en este movimiento por conservar lo que queda de nuestra ya cercenada historia. Declaraciones a favor a nombre de organismos y asociaciones muy respetadas y con mucha representatividad en la sociedad, y 25 mil firmas ciudadanas en las que se confirma su voluntad por la conservación total del predio de la Colonia Americana.

Así las cosas, es una mentira cuando el presidente municipal señala que los organismos empresariales y los más representativos de la ciudad se hayan pronunciado por estar de acuerdo en la conservación de solamente dos o cuatro casas.

También el cabildo ahomense elaboró en diciembre pasado el Reglamento de Conservación del Patrimonio Histórico Cultural Denominado Colonia Americana, que se hizo precisamente para “proteger, conservar y restaurar los monumentos e imagen urbana que integran la Colonia Americana de la ciudad de Los Mochis”. ¿Es o no falta de sensatez y cálculo político elaborar y firmar una normatividad para posteriormente, y bajo circunstancias distintas y muy sospechosas, se deje de lado?

En el mismo sentido, un regidor denunció ante este Frente Ciudadano, que le habían ofrecido 50 mil pesos por su firma para aceptar la negociación y el cambio de uso de suelo de histórico a comercial en ese predio. Entonces, las autoridades se están prestando a la compra de conciencias para seguir destruyendo nuestra historia. También nos preguntamos porqué las autoridades evaden de manera sistemática los cuestionamientos de este Frente Ciudadano en las protestas en el Cabildo.

Por otra parte, el presidente municipal dijo en declaraciones recientes que “entre las recomendaciones que recibió el gobierno municipal de parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia, destaca la observación de que esas fincas no reúnen los requisitos para ser declarados como patrimonio histórico”. Esto es una verdad a medias, porque si bien es cierto que el INAH debe proteger por oficio de la Ley Federal Ley sobre Zonas y Monumentos Arqueológicos, Históricos y Artísticos, las oficinas de Johnston y el edificio Varsovia, sí se puede proteger todo el inmueble como patrimonio artístico a través del INBA, como ya se ha mencionado, y es por ello que la administración municipal solicitó a esa dependencia federal al inicio de las demoliciones, su protección como Patrimonio Artístico. ¿O es que iniciaron ese procedimiento legal para proteger solamente dos construcciones?

En retrospectiva, el 9 de enero de este año, el presidente municipal declaró que se les autorizaría permisos de demolición y de construcción a los compradores de ese terreno solamente si respetaban la arquitectura original de las casas. Siguiendo con el circo, los regidores amenazaron con expropiar si seguían los propietarios del predio seguían destruyendo. Ahora dice el presidente que el ayuntamiento no tiene recursos para expropiar y restaurar esas casas ya destruidas.

También dice el presidente que “el reporte técnico” (no dice de quien), indica que esas casas ya no se pueden restaurar. Tenemos declaraciones grabadas del arquitecto Arturo Zepeda, del Centro INAH Sinaloa, en donde asienta lo contrario. De igual forma, le recordamos que ya existe una fundamentación histórica para el rescate de la Colonia Americana, elaborada por el doctor Gilberto López Castillo, también investigador de esa dependencia federal.

En este mismo sentido, presidentes de los colegios de arquitectos de la localidad han dicho lo mismo. Igualmente, ya hemos manifestado que existen fundaciones culturales que se dedican a apoyar la restauración de monumentos arquitectónicos. También hay recursos de la Federación para estos casos, y en el caso de que se decida una expropiación de todo el predio, con base en el artículo 154 de la Constitución Política del Estado de Sinaloa, la ciudadanía está dispuesta a apoyar, según una encuesta de El Debate. Además, el pago a los dueños del Ingenio en caso de una expropiación, corresponderá hacerlo a las siguientes tres administraciones pues este se puede hacer en un lapso de 10 años.

Entonces, con todos estos elementos, si no es por dinero no sabemos porqué las autoridades siguen empeñadas en seguir permitiendo que se destruya los orígenes de la ciudad que pueden ser protegidos por leyes federales y que supuestamente es protegida por decretos, acuerdos y reglamentos municipales y estatales emitidos por las mismas autoridades municipales y estatales que, como los propietarios del ingenio azucarero, se las pasan por el arco del triunfo.

Desde la perspectiva ciudadana, no es ningún “gran logro que esta administración pueda conservar una parte de la historia”, por el contrario, funcionarios de esta administración municipal, por omisión, encubrimiento, ocultación y contubernio, serían los responsables directos de la destrucción de nuestra historia.

Atentamente:

Frente Ciudadano de Defensa del Patrimonio Histórico, Cultural y Ecológico de Ahome

Julio 4 de 2007

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