SE ACABA EL AÑO, Y SE ACABA MOCHIS.

Portalito

Inminente zarpazo final a Colonia Americana

José Refugio Haro

La calma chicha, ese silencio ominoso respecto a la solución al problema de la semidestrucción de las casas de la colonia Americana mantenido socarronamente por el gobierno municipal de Polo Infante durante casi un año, está a punto de terminar, lamentablemente para los mochitenses, al acercarse vertiginosamente el fin del trienio.

Está a punto de culminar la infamia de borrón del mapa mochitense de uno de sus ejemplos más claros de identidad y origen de esta ciudad y su región, porque la autoridad municipal prefirió pactar (asociarse) con la empresa que en un momento dado adquirió en propiedad el ingenio azucarero y demás propiedades, entre las que se incluyó la singular, por su arquitectura y por ser fundamento de Los Mochis, colonia Americana, y que poco a poco ha ido negociando esas piezas de la historia de esta ciudad.

Muy pocos mochitenses han tomado conciencia de lo que está sucediendo y las consecuencias fatales para su historia. Después de un manifiesto apoyo ciudadano con 30 mil firmas que en los primeros días subsecuentes a la agresión artera que se hizo con bulldozers a las típicas casas que en una época ocupó el personal de confianza de la Compañía Azucarera, sólo permaneció un pequeño grupo de mochitenses integrando un organismos llamado Frente para la Defensa del Patrimonio Histórico de Los Mochis.

Eran pocas personas, en efecto, pero su trabajo fue insistente para salvar a las históricas casas, presionando al vacilante presidente municipal y a la desinteresada gran mayoría de los dóciles regidores. Era difícil cambiar razones románticas de ciudadano, de amor por la propia tierra, por evidentes beneficios personales del gobernante que en un momento dado pueden ser demostrados.

Agotados todos los obstáculos puestos para desalentar el reclamo ciudadano, entre los que se contó el argumento de que al no tener la ciudad una antigüedad de 100 años quedaba fuera de la protección del Instituto Nacional de Historia y Antropología, el alcalde, a regañadientes, tuvo que aceptar hacer la gestión ante el Instituto de bellas Artes para que éste determinara si la colonia Americana podía ser considerada como patrimonio artístico y cultural.

Pero cuando Bellas Artes, mediante carta, contestó al gobierno que sí existía razón para intervenir, éste guardó silencio y cortó la comunicación. Sólo se supo esta situación por la intervención de una legisladora panista que luego de hacer gestionas en BA, hizo llegar al Frente el documento probatorio de la actitud pasiva y sospechosa del gobierno.

La situación es clara: el gobierno que representa Policarpo Infante deja entrever compromisos de alguna índole con la empresa azucarera para permitirle finiquitar la negociación por la cual al parecer vende los terrenos de la colonia Americana para que sobre ellos se edifiquen quizá modernas empresas y se destruyan las casas históricas.

Hace meses Policarpo Infante dio a conocer a la sociedad como un triunfo el conseguir una donación de 6 u 8 mil metros cuadrados de terreno en el que se incluye una casa (la del Centenario que ya pertenecía a la comunidad) y los terrenos en que se asienta la empresa Toyota. Dijo que ahí se construiría un pequeño monumento del recuerdo, para que todo en conjunto exprese la generosidad de la empresa y, quizá, la fuerza de gestión del gobierno municipal de Ahome.

Pero Polo no se había atrevido a llevar adelante dicho proyecto porque algo temía, de reacción popular, o de bases legales para consumarlo.

Pero apenas el sábado dio a conocer a este diario la próxima celebración de la ceremonia de entrega de tal "donación" para poder decir: Colorín Colorado antes de culminar este aciago perido de gobierno.

Es, sin embargo, oportuno que todos los mochitenses hagan un supremo intento de frenar la ignominia de que les destruyan su historia. Ojalá que la gente se atreva a salir a la calle a impedir la consumación de esta infamia de ceguera política y corrupción.

FUENTE: NOROESTE