Y ahí sigue el agonizante ingenio azucarero, un gran elefante que el país no ha sabido levantar. La cada vez más quebrada industria azucarera sólo está a la espera de que la reactive la inclusión del etanol dentro de nuestros combustibles, lo que haría que esta fábrica y Mochis florezcan como en tiempos de Johnston.
Utilizada tan sólo para surtir los azúcares para los refrescos AGA, la compañía Agazúcar tiene poco interés en esta propiedad, la cual se ha convertido en una carga financiera más que un negocio redituable. Los dueños, la familia García Arce de la ciudad de Guadalajara, poco conocen de la valiosa arquitectura que se encuentra en sus terrenos, y en su desconocimiento, se han dedicado a vender poco a poco sus terrenos, los cuales tienen un alto valor comercial y especulativo, por su ubicación en el centro de una ciudad pujante y progresista.
Si la industria azucarera termina de colapsarse, este edificio tendrá un destino similar al del resto de la Colonia Americana, o terminar como fraccionamiento de interés social como algunos cercanos.
Esta nave industrial bien podría aprovecharse como un sitio de arqueología industrial, tal y como sucede con la antigua fundidora de Monterrey, hoy Parque Fundidora. Pero esas ideas no las importamos acá en Mochis, acá seguirá la voluntad demoledora y dando lugar a comercios clasemedieros que hay en cualquier otra ciudad.
FUENTE: +LOS MOCHIS DESTRUIDO
FOTO: FLICKR.COM
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