sábado, enero 26, 2008

URGE ORGANIZACIÓN Y DEMANDA.

Portalito

Urgen organismos ciudadanos

José Refugio Haro

Cada día en que ocurren nuevos evidentes abusos de autoridad de los gobernantes, quienes para su propio beneficio entregan a particulares, o se los apropian ellos mismos, bienes pertenecientes a las comunidades donde gobiernan, y todo sin tener consecuencias desfavorables para ellos, es cuando se presenta una y otra vez la necesidad de que se creen organismos ciudadanos independientes, reconocidos por la sociedad, para sustituir las flaquezas de las instituciones.

Se ha llegado a un punto intolerante de impunidad de los políticos y funcionarios que delinquen, porque, del color que sean, han creado una red que todo lo ocupa y prevé para que nada les pase después de cometer robos descarnados y descarados, o encubiertos; después de que, como en Los Mochis, también sean autores de la destrucción de monumentos históricos, como la colonia Americana, y dejen el cargo muy campantes echando una nube de humo publicitaria que los trata de hacer aparecer como benefactores de la sociedad.

Igual que el poeta uruguayo Mario Benedetti, podemos decir que “somos mucho más que dos” los que pensamos que es hora de poner un hasta aquí a los desmanes que se señalan.

Somos mucho más que dos quienes pensamos en la hora de formar frente de ciudadanos responsables y decididos a hacer cumplir la constitución y que los gobernantes sirvan, no se sirvan del pueblo.

Basta ya de que cada tres o seis años tengamos sin falta algunos nuevos multimillonarios a cambio de mantener postrados a los pueblos y en la miseria a muchas familias que no tienen la fortuna de tener un pariente en la política y en los puestos públicos, y que además esos vividores del presupuesto y de los vacíos de las leyes y del sistema, gocen de una impunidad insultante y ya insoportable.

Esos políticos están logrando hacer válida aquella afirmación del candidato derrotado en 2006, Andrés Manuel López Obrador, de: “al diablo con sus instituciones”, porque las instituciones encargadas de juzgar a los gobernantes en ejercicio de sus funciones que son encausados por probables deslices, los congresos de los estados y el nacional no cumplen su encargo al funcionar como oficinas de los partidos mayoritarios.

Por órdenes de los jerarcas de su partido, o del jefe del gobierno en que se encuentran, o del ejecutivo federal, los legisladores se niegan a obrar con rectitud cumpliendo su obligación institucional, pero además también perdonan al funcionario presunto delincuente por aquello de “hoy por ti, mañana por mí”, no sea que más tarde ellos mismos estén en el banquillo de los acusados.

En Ahome queda pendiente al menos el juicio a quienes negociaron desde el gobierno la destrucción de la histórica colonia Americana. Si se creen a salvo, vale más que no estén tan confiados.

FUENTE: NOROESTE

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