domingo, enero 27, 2008

¿SEGUIRÁ EL BOMBARDEO?

Rotativo

Mochis, ciudad bombardeada

José Refugio Haro

En esta ciudad del desconcierto la gente se pregunta por qué a la salida de los gobiernos municipales generalmente queda la ciudad como si la hubieran bombardeado.

Al entrar hace tres años el aciago gobierno que acaba de terminar estaban las calles volteadas al revés, pero ahí hubo razones claras expuestas. Las fuertes lluvias habían puesto en evidencia la desatención de todos los gobiernos anteriores al sistema de drenaje y alcantarillados, pero el alcalde Mario López Valdez acertó al conseguir el crédito para iniciar la composición en algunos puntos conflictivos, sobre todo en el bulevar Río Fuerte y, al acabársele el tiempo, dejó los recursos listos para continuar las obras.

El actual presidente Esteban Valenzuela encuentra un soberano destrozo de calles que Polo Infante dejó, y sin que exista el dinero para hacer las obras, como sucedió cuando salió Malova.

Durante los tres lamentables años de gobierno de Infante casi no hubo día en que no estuvieran abiertas las zanjas en el bulevar Zacatecas, donde la gente, además de pasarse tres años respirando olor a excremento, pasaba y se detenía para ver a quién habían asesinado o atropellado, por aquello de los corralitos de cinta amarilla.

Algo parecido le pasó al Río de las Cañas, que ahora mismo parece ser un campo donde se buscan yacimientos petroleros.

Muchos opinan que un buen detalle de este Polo que felizmente dejó ya el cargo, sería que junto con la fatídica herencia de destrozos hubiera legado a los golpeados mochitenses un mapa para descifrar la circulación y pudieran saber de antemano las abundantes vías cerradas antes de caer en las trampas.

Otros, malpensados, creen que esta destrucción que dejó Infante Fierro no es más que una venganza contra un sucesor que no es de su agrado y a quien mucho rencor debe guardar por haber derrotado a su delfín Ernesto García Cota y a sus ambiciones de seguir mandando post mortem política.

Sin embargo, quien entrara entre ovaciones y saliera bajo una lluvia de trompetillas tiene muchos motivos para no buscarle demasiado tres pies al gato porque pudiera suceder que, aunque priistas ambos, Esteban podría no estar en ánimos de cubrirle su conflictiva salida, porque una cosa es que haya dejado ya la presidencia y otra que hayan expirado los motivos para que alguien lo quiera llamar a cuentas, recordando tantos líos en que lo metieron sus ambiciones, junto, claro, con los regidores que por malicia o negligencia le siguieron el ritmo para hacer los estropicios de todos conocidos, de los cuales el principal fue propiciar la destrucción de los símbolos históricos de la ciudad.

Esteban Valenzuela está ante el riesgo de que esta herencia de destrucciones lo obstaculice en su trabajo de segundo gobierno, obligado como está él a realizar un papel trascendental por la segunda oportunidad que le dieron.

FUENTE: NOROESTE

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