martes, diciembre 31, 2013

Nueva demolición. Un Mochis sin historia construída.

Ahora sí, Mochis, ya destruiste la última casa de la Colonia Americana que quedaba en la acera norte del Blvd. Rosendo G. Castro. Ya no existe nada más. Casa Elina no cuenta, fue gravemente modificada.

Así se veía esta última casa:


Ahora se ve así, preparándose para un estacionamiento:

Por lo menos sabemos que el 2014 ya no habrá nada más que tumbar, porque en Mochis ya no queda casi nada histórico.

1 comentario:

Gilberto dijo...

Conservar o vender; la sociedad ya dio su veredicto sobre la conservación de su patrimonio cultural e histórico


Ahora que ha vuelto el tema de la viabilidad de la conservación de al menos vestigios de lo que fuera el ingenio azucarero de Los Mochis, ícono histórico y símbolo inequívoco del que partió el desarrollo económico, político y social de la Ciudad, como en cualquier época, la sociedad tiene todo el derecho de exigir la conservación de su patrimonio cultural e histórico.

Cuarenta años después de que se demoliera con explosivos la llamada Casa Grande del fundador de la factoría, el norteamericano Benjamin Francis Johnston, el 31 de diciembre de 2006, inició la destrucción de las casas que fueran habitadas por trabajadores del ingenio azucarero. Hay información en internet, en periódicos locales, losmochisdestruido.blogspot.com

A estos primeros golpes al patrimonio cultural se levantaron tímidamente algunas voces dispersas incluidos más de algún regidor de la entonces oposición. Un año más y también durante el trienio de Policarpo Infante Fierro como presidente municipal, se inicia la destrucción de las casas al interior de la fábrica.

Fueron tres años de lucha constante de ciudadanos y organismos de la sociedad civil, algunos en plantón permanente junto a las cercas del ingenio, como el grupo cultural Amanecer, Frente de Defensa del Patrimonio Artístico, Cultural e Histórico de Ahome, Raíces de Ahome (organismo civil este, coadyuvante del INAH en la vigilancia de los monumentos artísticos e históricos) y colegios de arquitectos, entre otros.

Se recabaron más de 20 mil firmas ciudadanas pidiendo la remodelación de las casas golpeadas por los buldócers contratados por los propietarios de la compañía azucarera y que se conservaran las que continuaban en pie.

Previendo que siguieran con la destrucción del ingenio azucarero, se envió una carta a la oficina de Participación Ciudadana de la presidencia de le República, solicitando su conservación como patrimonio histórico, petición que tuvo eco ordenando ésta al INAH Sinaloa, y al INBA, dieran respuesta a tal solicitud.

No obstante, todo el esfuerzo de ciudadanos empeñados en conservar parte de nuestra historia, la situación de quiebra de la compañía azucarera y después de un aparente rescate por empresarios locales, la factoría vuelve a cerrar sus puertas desatando conflictos con los trabajadores, lo que llevó a la venta de los terrenos para indemnizarlos.

La ciudadanía mochitense ya dio hace años su veredicto, reprobando las demoliciones y el ultraje de nuestra historia: conservar al menos los vestigios históricos de lo que fuera la factoría y el entorno que afortunadamente prevalece luego de negociaciones entre gobierno local, estatal y particulares.

Sin embargo la situación ahora es muy distinta; los terrenos en cuestión son ahora propiedad del ayuntamiento de Ahome, a diferencia del pasado, cuando eran de particulares, y en los que permanece aún maquinaria antigua.

Corresponde ahora, y quien finalmente tiene la última palabra sobre los destinos de los mismos es el cabildo ahomense. Una oportunidad única para legar a la ciudad un referente histórico invaluable.

Gilberto Vega Zayas